Tokio

Describiendo Tokio a alguien que nunca ha sido aquí está una tarea formidable. ¿Después de todo, cómo describe usted una ciudad que - como uno de mis amigos que visitan Tokio por primera vez dijo - parece a la parte de otro planeta?

Desde luego Tokio es muy diferente de capitales Occidentales, pero lo que realmente lo pone aparte es su gente. Las aproximadamente 12.36 millones de personas residen dentro del 2,100 kilómetro sq. de Tokio (840 millas sq.), y casi un cuarto de las vidas demográficas totales de Japón dentro de la distancia que viaja a diario de la ciudad. Este traduce en aplastar de la humanidad que embala el metro, atiesta las aceras, y llena los almacenes más allá de la creencia. En algunas partes de la ciudad, las calles son tan atestadas en 3am como ellos están en 3pm. Con su sobrecarga de gran energía, visual, Tokio hace hasta Nueva York parecen a una ciudad soñolienta, tranquilla.

Y aún, a pesar de su espacio limitado para la vida armoniosa, Tokio permanece una de las ciudades safest en el mundo, con notablemente pequeño delito o violencia. No importa como perdido puedo hacerme, sé que la gente irá de su modo de ayudarme. Trabajador, honesto, y provechoso a forasteros, el japonés es el mayor activo de su país.

Con Tokio tan densamente embalado, esto no viene como ningún choque para aprender que tierra aquí es más valioso que el oro, y que los edificios son construidos prácticamente el uno encima del otro, formados como pedazos en un rompecabezas para encajar los complots existentes de bienes inmuebles. Más que quizás cualquier otra ciudad en el mundo, la capital de Japón es una selva concreta, con unos parques, pero no muchos árboles para romper la monotonía, y esto se estira sin cesar por lo que el ojo puede ver. Los fuegos, los terremotos, las guerras, el celo para la modernización, y el precio de tierra han tomado sus peajes en la ciudad, erradicando casi todas pruebas de siglos anteriores. Es como si Tokio naciera sólo esta mañana, con toda la secuela sucia de una ciudad concebida sin el plan e interesara sólo en lo venidero.

Así, los invitados nuevos a Tokio casi están invariablemente decepcionados. Ellos vienen esperando una ciudad asiática exótica, pero en cambio encuentran un Occidentalizado megalopolis al punto de monotonia. Usado a los magníficos edificios y los monumentos de las ciudades Occidentales, ellos miran en vano para los propios monumentos de Tokio a su pasado - templos antiguos, jardines exquisitos, palacios Imperiales, o independientemente de más ellos han imaginado. En cambio ellos encuentran lo que puede ser, completamente posiblemente, una de las ciudades más feas en el mundo.

De este modo, mientras Tokio es una de mis ciudades favoritas, mi apreciación vino sólo con el tiempo. Cuando primero me moví aquí, fui atormentado por el sentimiento inquietante que yo dejaba pasar de alguna manera "el verdadero" Tokio. Incluso aunque yo viviera y trabajara aquí, Tokio parecido más allá de mi asimiento: evasivo, vago, e indeterminado. Sentí que el sentido de la ciudad estaba ahí, si sólo yo supiera donde mirar.

Con el tiempo, finalmente aprendí que no tengo que parecer más lejano que mi propia ventana delantera. Tokio no tiene ningún centro, pero mejor dicho es arreglado de una serie de pequeñas ciudades y vecindades arracimadas juntos, cada uno con su propia historia, sabor, y atmósfera. Hay calles residenciales estrechas, ma-and-pa tiendas, soportes de fruta, y tiendas. Hay fábrica de tofú de vecindad, el soporte de caja de almuerzo, la tienda de tienda de comestibles, y la comisaría diminuta, donde pillarse conocen a los residentes por el nombre y patrullan el área por la bicicleta. Hay árboles de bonsai con cuidado podados que adornan aceras, mujeres en reverencia de quimono y arrastre abajo calles, y casas de madera en calles imposiblemente estrechas. Paseo en las viejas vecindades de centro de la cuidad de Asakusa o Yanaka y usted son mundos aparte de los cuartos modernos de Harajuku o las torres de Shinjuku. Las vecindades como éstos hacen Tokio adorable y habitable.

Lo que es más, una vez que los invitados llegan a conocer Tokio mejor, ellos aprenden que usted no puede juzgar Tokio por a qué esto parece en el exterior, ya que este es una ciudad de interiores. Incluso aquellos monstruos concretos pueden alojar interiores que son fascinantes en diseño e innovación. En el sótano del cual el edificio apagado podría estar bien un restaurante con rayos de madera, paredes de barro, y cubrió con paja el techo, importado intacto de un cortijo en el Japón Alpes; en su azotea podría ser un pequeño lugar sagrado Shinto, mientras el último piso podría alojar una barra de alta tecnología o un restaurante francés elegante.

Y bajo la cáscara concreta de Tokio es una vida cultural próspera dejada muchísimo intacto. De hecho, si usted está interesado en las artes de realización de Japón así como tales actividades diversas como la ceremonia de té o sumo, Tokio es su mejor para ofrecer el más en cualquier tiempo. Es rico en museos y reclama el depósito más grande del arte japonesa en el mundo. Esto también consigue mi voto como la capital de arte popular del mundo, tan si usted está en la cursilería o anime (animación japonesa), usted estará en el cielo alto. No puedo imaginar aburrirme aquí durante hasta un minuto.